Del latín "comunis", significa común. Poner en
común, eso es comunicar. Por eso, el acto de comunicar puede plantearse como unidireccional, sin retorno,
sin réplica, sin posibilidad siquiera de pedir aclaraciones.
Dialogar va más allá. Porque es de ida y vuelta, como el
buen flamenco. El emisor y el receptor intercambian las posiciones.
Interaccionan, comparten, suman, crecen. Es más exigente si, pero mucho más enriquecedor.
La revolución tecnológica hace que pasemos cada día más
tiempo con las máquinas. Las máquinas han contribuido a aumentar el individualismo en la sociedad de manera decisiva en los últimos años. Los niños ya no juegan en equipo a la pelota, se quedan
encerrados con su consola y chatean si acaso con los compañeros.
Y todos, los de cualquier edad, haciendo un mal uso de la tecnología, nos volvemos más
parcos en las relaciones humanas. Optamos por la comunicación en vez del
diálogo. Es más fácil, hay que dar menos explicaciones, no hay posibilidad de
réplica cuando dejamos un mensaje de voz y lo colgamos de un teléfono móvil o un ordenador. Ahí
está eso, yo ya lo he dicho, esta es mi verdad, apáñate.
Que nadie quiera ver economicidad o practicidad, es
atrofia del diálogo.
Preferimos hablar con la máquina en vez de dialogar con
las personas. No es evolución, no es comodidad, es pereza, es torpeza y en no pocos casos,
cobardía.
Tenemos en nuestro teléfono la misma capacidad de
procesamiento que algunos satélites que hemos lanzado al espacio. Quizás por
eso estamos consiguiendo que los chavales tengan conversaciones como los
astronautas de los años sesenta, con veinte minutos de retardo. Mientras tanto,
el cerebro en su mundo interior.
No, el uso que le estamos dando a los mensajes, a los buzones del teléfono y el ordenador, el estilo que está adoptando la comunicación nos perjudica, nos embrutece, nos debilita como personas y sociedad. Cogemos miedo al diálogo y nos refugiamos en lanzar nuestra verdad a la máquina, que ella no se queja, no nos replica.
Y que me perdonen wassap y messenger si estoy yendo en
contra de su modelo de negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario