viernes, 1 de septiembre de 2017

Sentido de un plan estratégico municipal



La redacción de un plan estratégico para un pueblo tiene que ser el resultado de un trabajo de consenso institucional y ciudadano. Una propuesta decidida por y para las instituciones públicas y privadas, los ciudadanos y los visitantes del territorio, sus empresas, su patrimonio cultural y natural.

El ejercicio de generar un plan estratégico como herramienta de visión de futuro para el municipio de forma colectiva supone ya en si mismo un éxito para el desarrollo de acciones que puedan acometerse. Incide en la corresponsabilidad e implicación de los agentes sociales.

Esta visión del futuro de un pueblo tiene que nacer con la seguridad de superar procesos legislativos, buscar financiación y asumir cambios externos que seguro se van a producir en un horizonte de, al menos diez años.

El plan estratégico tiene que aglutinar, priorizar y dar coherencia al conjunto de acciones estratégicas que tienen que permitir cambiar la situación actual de un territorio, siendo conscientes de las restricciones y limitaciones de orden legal, económico y social. Pero eso si, proyectando un escenario futuro que se centre en la capacidad de generar riqueza, entusiasmo e identidad.

Un pueblo, una comunidad con arraigo, con tradiciones, con riqueza natural, con identidad, tiene que aprovechar todo su legado, su fuerza, su saber para proyectarse al futuro. Revitalizándose, buscando un mejor esplendor que cualquiera del pasado.

El plan tiene que identificar los grandes retos colectivos. Mediante un proceso participativo explorar e identificar objetivos y acciones. Su mayor dificultad, la ejecución. En la que todos tienen que afrontar de manera clara y sin ambages su corresponsabilidad.

Es cierto, elaborar un plan estratégico supone un esfuerzo, requiere de una entidad motora que capacidad de liderazgo, requiere implicación de entidades públicas, compromiso ciudadano y empresarial. Un plan estratégico requiere ser humildes, reconocer las carencias y querer erradicarlas. Mejorar la convivencia, la educación, identificar y optimizar espacios físicos, recursos materiales, mejorar la oferta y la competitividad empresarial, turística, cultural.

Afrontar un plan estratégico está reservado para los valientes, por eso pocos municipios son los que de verdad lo elaboran y ponen en marcha. Bastantes menos los que los ejecutan de manera adecuada. 

Antes de empezar, es necesario saber que sólo al final de ese camino, está el liderazgo, la marca de territorio, el éxito como sociedad y municipio.

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