jueves, 27 de noviembre de 2008

Caballo de Cartón

Como los rescoldos al soplar, revive la ilusión en los padres, cuando les piden a sus hijos que escriban la carta a los Reyes. En estos días, muchos adultos encontrarán la alegría, al ver las renovadas ganas y convencimiento con el que los niños esperan ver cumplidos sus deseos, por el mero hecho de ponerlos en el papel y lanzarlos al buzón.

No pocos, escriben, ahora también, sus propias cartas a los Reyes, con sus peticiones particulares. Tienen más cosas que pedir que en años anteriores, les aprieta la vida y, renuevan sus esperanzas, al igual que lo hacían aquella noche, en que, mientras dormían, unos magos les dejaron unos juguetes en la oscuridad del salón. Desde entonces, nunca abandonaron, la secreta necesidad de sentirse engañados, con tal de que les dejasen jugar.

Invito a todos a escribirles a los Reyes Magos, a volcar nuestros anhelos en la misiva real, pues, al igual que cuando éramos niños, deberemos hacer el ejercicio de ponerlos en el papel, de ordenar, de elegir. Tendremos la obligación de portarnos bien, y mejorar cada día para merecernos esos regalos, pues al igual que, antes, siempre había alguien que escuchaba nuestras peticiones, que leía nuestra carta, a buen seguro, ahora también existe, aunque creamos no conocerlo, ese cartero real, que pondrá la máxima diligencia y celo en su trabajo.

Joan Crawford, pedía en un grito vestido de susurro, “miénteme, dime que me quieres”, Hayden, ante tal abrumadora súplica, no tuvo otra opción. Miénteme, dime que llegaré al horizonte en el caballo de cartón, miénteme, dime que podré dar la vuelta al mundo en mi Torrot; miénteme, dime que mi cuaderno Anaya se convertirá en un best seller; miénteme, dime que desafiando y encarando esta agresiva época, no acabaré humillado y apartado, tragando con todo, ni sonriendo a imbéciles poderosos, dando la razón a aquellos que me impedirían soñar con cauces limpios, con prados multicolores, con aves elegantes, con niños carcajeando. Miénteme, dime que me quieres.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá y los Magos de Oriente hagan realidad todos nuestros deseos¡¡¡¡ Y que cuando alguién nos diga"Te quiero" sea siempre de verdad

Anónimo dijo...

¡Ay!, Antoñito, qué fácil es todo cuando se es niño...

Me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

tocayo, espero no mentirte cuando te digo que veremos un mundo mejor, no del que fué, pero sí del que és. Suerte y felicidad para ti y los tuyos. Y gracias.

Antonio Cavas

paquinais dijo...

que bonitas eran aquellas noches en las que te levantabas como 4 o 5 veces antes de encontrar tu preciado regalo en el zapato.
algunos tenemos la suerte de poder revivir esas noches ahora con nuestros hijos.
me ha gustado mucho.
besos
paqui naranjo

Anónimo dijo...

¡¡¡uff!! que bonitas son las ilusiones y más cuando tienes con quien compartirlas.