No pocos, escriben, ahora también, sus propias cartas a los Reyes, con sus peticiones particulares. Tienen más cosas que pedir que en años anteriores, les aprieta la vida y, renuevan sus esperanzas, al igual que lo hacían aquella noche, en que, mientras dormían, unos magos les dejaron unos juguetes en la oscuridad del salón. Desde entonces, nunca abandonaron, la secreta necesidad de sentirse engañados, con tal de que les dejasen jugar.
Invito a todos a escribirles a los Reyes Magos, a volcar nuestros anhelos en la misiva real, pues, al igual que cuando éramos niños, deberemos hacer el ejercicio de ponerlos en el papel, de ordenar, de elegir. Tendremos la obligación de portarnos bien, y mejorar cada día para merecernos esos regalos, pues al igual que, antes, siempre había alguien que escuchaba nuestras peticiones, que leía nuestra carta, a buen seguro, ahora también existe, aunque creamos no conocerlo, ese cartero real, que pondrá la máxima diligencia y celo en su trabajo.
Joan Crawford, pedía en un grito vestido de susurro, “miénteme, dime que me quieres”, Hayden, ante tal abrumadora súplica, no tuvo otra opción. Miénteme, dime que llegaré al horizonte en el caballo de cartón, miénteme, dime que podré dar la vuelta al mundo en mi Torrot;

5 comentarios:
Ojalá y los Magos de Oriente hagan realidad todos nuestros deseos¡¡¡¡ Y que cuando alguién nos diga"Te quiero" sea siempre de verdad
¡Ay!, Antoñito, qué fácil es todo cuando se es niño...
Me ha gustado mucho.
tocayo, espero no mentirte cuando te digo que veremos un mundo mejor, no del que fué, pero sí del que és. Suerte y felicidad para ti y los tuyos. Y gracias.
Antonio Cavas
que bonitas eran aquellas noches en las que te levantabas como 4 o 5 veces antes de encontrar tu preciado regalo en el zapato.
algunos tenemos la suerte de poder revivir esas noches ahora con nuestros hijos.
me ha gustado mucho.
besos
paqui naranjo
¡¡¡uff!! que bonitas son las ilusiones y más cuando tienes con quien compartirlas.
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