lunes, 16 de abril de 2012

Sevilla y Jaén no están en Gruyère


Hace quinientos años, numerosos hidalgos, y otros que no lo eran tanto, salían en barco, camino de Las Indias buscando El Dorado. Pobres insensatos!, si hubiesen contado con la tecnología actual, hubiesen sabido que ese divino tesoro se encontraba aquí, en las propias tierras que dejaron atrás.
Los técnicos de Oil & Gas Capital lo saben bien, y así se lo han hecho ver a la Junta de Andalucía, que les acaba de conceder permisos para abrir agujeros en casi cuarenta municipios de Sevilla y Jaén para investigar si hay hidrocarburos en tres importantes zonas de esas provincias.

Los responsables de Oil&Gas Capital han llegado a decir que los posibles hallazgos, pueden llegar a suplir la actual dependencia energética del país. Lo dicho, El Dorado bajo nuestros pies, y todo este tiempo, sin enterarnos de nada.

Han tenido que venir un equipo de exdirectivos de Repsol a abrirnos los ojos. Y no sólo hablan. Van a invertir ocho millones de euros en los trabajos de excavación para demostrar su teoría, avalada además por el Instituto Geológico y Minero de Granada. Ahí es nada.
Una vez logrado el permiso de la Junta, el siguiente paso es que, cada uno de los ayuntamientos afectados, permitan las actividades. Para aquellos consistorios que aún tienen dudas sobre si cambiar la propia morfología de su municipio, Oil&Gas Capital, sale al paso y las despeja, anuncian una inversión de 300 millones de euros y la creación de 500 puestos de trabajo. Si las excavaciones tienen éxito, claro.

Ninguna de las catas que se han hecho en los últimos treinta años en Andalucía ha tenido éxito. Puede que ésta sea la válida, pero yo lo que veo es más chocolate del loro. Desperdiciamos un tiempo precioso, un dinero valioso, y lo que es peor, se generan unas expectativas que sólo contribuyen a distraer la atención, a esparcir el foco.
La riqueza del futuro andaluz está en el agua, en el sol, en el viento. La riqueza de Andalucía está en la superficie, donde está su belleza, su biodiversidad, su clima, sus gentes. Solo apostando de manera decidida por todo ello, conservándolo, mejorándolo, podremos tener un mejor futuro en Andalucía. Llenarla de agujeros infructuosos en la tierra y en la estima no es el camino.

1 comentario:

Alberto Plata dijo...

Qué razón tienes Antonio...

Un saludo!