Ser objeto de
deseo, que todos te conozcan , colgar el cartel de completo. Crear marca
turística es sinónimo de auge económico, desarrollo, progreso. Cuando un
territorio lo consigue, el esfuerzo y las inversiones de muchos años parecen
recibir su recompensa.
Tarifa ha conseguido tener marca propia y es ampliamente
conocida. Es destino deseado para muchas personas. Su privilegiada ubicación,
los importantes atractivos naturales y culturales, son factores que juegan a
favor, hasta han sabido sacar provecho de lo que, en principio era una
restricción para el turismo de sol y playa que explotan otras poblaciones
cercanas, el viento. Ahora Tarifa es también la capital del viento y la meca de
los que utilizan velas y tablas en el agua.
Ha construido durante años un perfil alternativo al de otras
zonas cercanas. Nada de sol y playa tradicional que atrae al turismo familiar,
y si al turismo de perfil más joven, más bohemio, más chick. Miles de coches
lucen pegatinas en la que sus dueños alardean de haber llegado al sur del sur,
marcas de ropa se han hecho conocidas a nivel internacional.
La deriva de los acontecimientos ha hecho que al calor de
ellos, otros muchos, buscan lugar de esparcimiento, moda, fiesta. En los
últimos tiempos, a cada pocos metros es fácil encontrarse con grupos de jóvenes
que van un par de días a Tarifa, “a darlo todo”, las despedidas de solteros son
incontables. Todos se apresuran a subir a las redes sociales la foto que
otorgue credibilidad a la sarta de mensajes que envían a los que se quedaron
atrás. El respeto al prójimo, al espacio, a los valores naturales, brillan por su ausencia.
El resultado es una ciudad bastante insoportable para los
vecinos, ruidos toda la noche, orines por doquier, basuras y cristales por la
mañana, cuando no, destrozos en el mobiliario público, trifulcas y peleas
callejeras, etc. Más de 80 denuncias se han puesto este verano por los vecinos.
Se ha creado una plataforma vecinal y representantes de la misma se acaban de
reunir con el subdelegado del gobierno para pedirle medidas correctoras
urgentes.
Lugares cercanos a Tarifa se frotan las manos. A esas zonas
están yendo los que hace poco iban a Tarifa. La cuestión es que el perfil del
turista que empieza a no querer Tarifa es distinto del que ahora va. Los que
acuden al fin de semana de fiesta tiene un perfil de menor poder adquisitivo,
compran las bebidas en los supermercados, alquilan apartamentos de 4 y entran
12 cuando no se quedan a dormir en los coches.
El deterioro es continuo, el agotamiento del modelo,
evidente. Hora para las autoridades locales de valorar si es lo que se desea y
busca, alejándose de victimismos, pues hay infinidad de medidas y acciones que
encauzan la situación si hay un objetivo y unas preferencias claras.
Construir una marca tarda años, destruirla muy poco, sobre
todo si nos dejamos llevar por la autocomplacencia del éxito. Aquellos destinos
que miran con envidia a Tarifa y tratan de emularla, que aprendan de sus
errores.
2 comentarios:
Excelente artículo, has descrito a la perfección lo que me contaban este verano los vecinos de tarifa, en playa chica. El alcalde está potenciando esta modalidad de turismo, dando licencias de bares de copas y discotecas, sin ningún tipo de respeto por el medio ambiente, saltándose la normativa y cargándose el pueblo. Rompiendo el entorno visual y acústico. Un crimen dar licencia a un churinguito pijo ubicado entre la isla y la playa de los lances, cargandose las maravillosas puestas de sol, con la dichosa musiquita pachanguera. Yo siempre fui amante de tarifa y este año iba a pasar una semana y aguante sólo dos días, me desencanto muchísimo, no lo soporte y me fui a casa. No aprenden, se cargan los destinos y después es muy difícil recuperar lo que algún día se perdió......
Excelente artículo, has descrito a la perfección lo que me contaban este verano los vecinos de tarifa, en playa chica. El alcalde está potenciando esta modalidad de turismo, dando licencias de bares de copas y discotecas, sin ningún tipo de respeto por el medio ambiente, saltándose la normativa y cargándose el pueblo. Rompiendo el entorno visual y acústico. Un crimen dar licencia a un churinguito pijo ubicado entre la isla y la playa de los lances, cargandose las maravillosas puestas de sol, con la dichosa musiquita pachanguera. Yo siempre fui amante de tarifa y este año iba a pasar una semana y aguante sólo dos días, me desencanto muchísimo, no lo soporte y me fui a casa. No aprenden, se cargan los destinos y después es muy difícil recuperar lo que algún día se perdió......
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