sábado, 7 de agosto de 2010

Sorprendente y admirable

Los ornitólogos han tratado de explicar la causa de las emigraciones de las aves; pero no han dado razones suficientes para que las justifiquen: ni el clima, ni los alimentos, ni el estímulo de la procreación, ni ninguna otra hipótesis basta para convencernos convenientemente: un ejemplo: la cigüeña se presenta del 5 al 10 de febrero y se marcha del 10 al 20 de agosto: muchos años continúan las heladas después de su arribo y persisten las calores cuando se ausentan: de manera que puede decirse van y vuelven en lo crudo de dos estaciones opuestas; luego á estas no puede atribuirse su emigración.


En agosto y setiembre, en enero y febrero encuentran los mismos alimentos, ¿luego á qué causa atribuiremos su destierro? Lo ignoro, y tampoco se esplica por el instinto de reproducción. Todo lo que se refiere á esa facultad innata en muchas aves de trasladarse de un pais á otro, es sorprendente y admirable (…)"

Lo decía en 1854 un doctor en medicina y cirugía, licenciado en ciencias naturales, catedrático propietario de zoología y mineralogía y decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla llamado Antonio Machado y Núñez. La obra “Catálogo de las aves observadas en algunas provincias de Andalucía”.

Las dudas y cuestiones planteadas por Machado siguen siendo válidas hoy, 106 años después. Muchos investigadores han trabajado en este ámbito desde entonces, y algunas respuestas se van encontrando, y, como en todo campo científico, otras nuevas aparecen. En los próximos días pondremos otro granito de nuestra aportación estudiando desde la orilla africana este fenómeno sorprendente, admirable y cautivador.

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