martes, 24 de abril de 2012

Traicionar



Trabajo simultáneo en diversos despachos separados por apenas unas calles. Mientras unos planifican lo que van a hacer al frente de unas consejerías, otros rinden cuentas sobre lo que hicieron mientras ocupaban idénticas responsabilidades.

 La petición de la fiscalía de ingreso en prisión de Antonio Fernández y una fianza de 890 millones de euros traspasa las paredes de los juzgados y las calles. Debería poder hacerlo, estaría bien se colocase en la mesa de esos otros grupos de trabajo, que deberán trabajar por construir la mejor Andalucía posible los próximos cuatro años. Al mismo tiempo, tienen que hacerse responsable de sus decisiones y actuaciones.

 Esta obviedad suele ser omitida en demasiadas ocasiones. Y cuando esa triple O es recordada por la oposición, los periódicos o los jueces, los señalados, los acusados suelen hacer piña. Cualquier reproche, cualquier revelación en esos momentos sería visto como una traición.

 Para ellos, para los otros, para todos, un fragmento realmente lúcido de Javier Cercas en Anatomía de un Instante:

 Traicionaron su lealtad a un error para construir su lealtad de un acierto; traicionaron a los suyos para no traicionarse a si mismos; traicionaron el pasado para no traicionar al presente. A veces la traición es más difícil que la lealtad. A veces la lealtad es una forma de coraje, pero otras veces es una forma de cobardía. A veces la lealtad es una forma de traición y la traición una forma de lealtad. Quizá no sabemos con exactitud lo que es la lealtad y lo que es la traición. Tenemos una ética de la lealtad, pero no tenemos una ética de la traición. Necesitamos una ética de la traición. El héroe de la retirada es un héroe de la traición.”

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