La combinación es demoledora: supresión de ayudas al
desarrollo y especulación internacional de los precios de los cereales. Los más
perjudicados, los más olvidados.
Hoy se celebra el día mundial de erradicación de la pobreza,
y las cifras, lejos de la primera página, resultan igualmente angustiosas. Un
hecho es claro y existen experiencias previas que lo demuestran: Si no se
controla en estos meses el precio del grano, la hambruna azotará en 2.013 a más
de 1.000 millones de personas.
El encarecimiento del grano (subidas del 19% en el trigo o
el 23% en el maíz) que provocan inflación no acompañada del crecimiento de los
salarios lo que se traduce en una aceleración de la tasa de pobreza, que en
muchos países puede hacer que el 75% de su población no tenga ingresos para
acceder a los bienes de primera necesidad.
Y las previsiones de cosechas para el 2.012 no son
ilusionantes. Estados Unidos ha tenido su mayor sequía en 50 años, y las
cosechas de azúcar y arroz casi se han perdido en Brasil e India. La esperada
política de prudencia que se aplicará, hará ricos a unos cuantos especuladores
a costa de matar, literalmente de hambre a demasiada, demasiada gente.
Esta tarde hay una manifestación en tu ciudad en la que se
podrá expresar públicamente el rechazo ciudadano a estas políticas insensatas e
insolidarias. Todos los días puedes tener presente este hecho y poner tu
granito para intentar evitarlo. Grano a grano, conseguimos un granero.
Pobreza es un término que resulta incómodo, se hace impronunciable
para mucha gente, evitado para tantos otros y una sombra que parece amenazar la
conciencia, y nos olvidamos demasiado que es la expresión de los más
inofensivos, de los más indefensos.
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