miércoles, 17 de octubre de 2012

Pobreza, esa palabra


La combinación es demoledora: supresión de ayudas al desarrollo y especulación internacional de los precios de los cereales. Los más perjudicados, los más olvidados.
Hoy se celebra el día mundial de erradicación de la pobreza, y las cifras, lejos de la primera página, resultan igualmente angustiosas. Un hecho es claro y existen experiencias previas que lo demuestran: Si no se controla en estos meses el precio del grano, la hambruna azotará en 2.013 a más de 1.000 millones de personas.
El encarecimiento del grano (subidas del 19% en el trigo o el 23% en el maíz) que provocan inflación no acompañada del crecimiento de los salarios lo que se traduce en una aceleración de la tasa de pobreza, que en muchos países puede hacer que el 75% de su población no tenga ingresos para acceder a los bienes de primera necesidad.
Y las previsiones de cosechas para el 2.012 no son ilusionantes. Estados Unidos ha tenido su mayor sequía en 50 años, y las cosechas de azúcar y arroz casi se han perdido en Brasil e India. La esperada política de prudencia que se aplicará, hará ricos a unos cuantos especuladores a costa de matar, literalmente de hambre a demasiada, demasiada gente.
Esta tarde hay una manifestación en tu ciudad en la que se podrá expresar públicamente el rechazo ciudadano a estas políticas insensatas e insolidarias. Todos los días puedes tener presente este hecho y poner tu granito para intentar evitarlo. Grano a grano, conseguimos un granero.
Pobreza es un término que resulta incómodo, se hace impronunciable para mucha gente, evitado para tantos otros y una sombra que parece amenazar la conciencia, y nos olvidamos demasiado que es la expresión de los más inofensivos, de los más indefensos.

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