El joven estudiante que se inicia en el derecho mercantil, recibe con cierta sorpresa la distinción entre persona física y persona jurídica. Hasta entonces, para él, sólo existían las personas.
Rápidamente aprende la lección, y entiende que las personas jurídicas son las empresas, las asociaciones, las fundaciones, los clubes de fútbol. Lejos aún le queda entender realmente por qué se le incorpora el calificativo de persona a las jurídicas. En verdad lo aprenderá cuando pase muchas horas del día en el estómago de alguna de ellas.
Manuales y teorías enteras nos muestran como, las organizaciones toman la personalidad de sus integrantes; de cómo se traslada la manera de ser, la forma de entender el negocio, la visión de presente y futuro, desde los dirigentes de las entidades a ellas mismas, formando, desde entonces parte de su idiosincrasia, de su, quizás, mal llamada “cultura”.
En el ámbito corporativo, podemos encontrarnos con empresas ambiciosas, innovadoras, pioneras, rentables, sobrevivientes, clásicas, transgresoras. Y también empresas que más bien parecen una ONG, dando continuamente pérdidas económicas, pero nunca renunciando a sus ideales. Compañías egoístas donde cada uno de sus integrantes busca su propio beneficio.
Como a tantas otras personas, a las empresas sólo las vamos conociendo cuando las tratamos habitualmente, cuando cada día las disfrutamos y las sufrimos. Con ellas también tiene que darse la compatibilidad de caracteres. No sólo tenemos que soportarnos por un bien común como las parejas tristes. Ambos tienen que poner de su parte para solucionar sus problemas, ambos, y el resto del mundo lo agradecerán.
Lo más importante, a mi juicio es que, como fruto de esa interacción, será, también, nuestra manera de ver las cosas en el futuro. Y que, igualmente, un pedazo de nuestro carácter quedará impreso en la empresa.
martes, 13 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nube de etiquetas
Isla Cristina
Andalucia
ecología política
marruecos
Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra
José Ortega y Gasset
estrecho gibraltar
FAO
José Luís Sampedro
Tarifa
Adam Smith
Antoine de Saint-Exupéry
Antonio Machado y Núñez
Aristóteles
Bertolt Brecht
Borges
Charles Darwin
Fundación Migres
Mario Benedetti
William Ospina
keynes
mohamed vi
Antártida
Cabo San Vicente
Cambio climático
Descartes
Hegel
Javier Reverte
Kant
Nieztche
Paul A. Samuelson
Platón
Porter
Ursúa
ariadna
artemisa
malthus
teseo
Al-Andalus
Alexander Selkirk
Anton Chejov
Calderón de la Barca
Chatwin
Eduardo Galeano
Eigenzeit
Galeano
Gandhi
George Francis Train
Herman Melville
James Joyce
John Elliott
Kundera
Mandelbrot
Mihay Csikszentmihalyi
Moby Dick
Molière
Nabokob
Peninsula Valdés
Proust
Shackleton
Shopenhauer
Smir Restinga
South
Sun Tzu
Séneca
Sócrates
alqueva
goethe
julio verne
lunático
mefistófeles
muñoz rojas
ortega y gasset
tony judt
weber
No hay comentarios:
Publicar un comentario