martes, 9 de septiembre de 2008

El origen

Cuando ha hablado de los contratos en origen, entre líneas, yo he leído, que Celestino, en realidad, se refería al origen del problema, la inmovilidad de nuestro mercado de trabajo.

Se extrañan las crónicas informativas de que el anuncio lo hiciese el ministro al salir de una reunión con las fuerzas sindicales, y no se lo plantease a ellas previamente. Quizás el ministro, en esa reunión puso el acento sobre las responsabilidades que tienen que asumir también los sindicatos, que, en próximas fechas van a ser muchas y ácidas.

Corbacho, en Hospitalet, y en la Diputación se ha fajado con el problema, durante años, y a pie de calle, poniéndole cara y nombre al trabajador inmigrante, sabe lo que supone.

También debe aplicar, el, a veces, menos común de los sentidos, y pedirle a la sociedad que se adapte. En mi opinión es lo que está haciendo al hablar de los contratos en origen. Desde luego la solución no es cerrar la puerta, en un contexto de competencia global agresiva, la política pública no puede restar recursos a las empresas españolas reduciendo el tamaño del capital humano, pero las cifras aplastan (Ver mi post “Cintura” de 26.Ago.08), y aunque también resulte muy duro para muchas familias, el estado debe dinamizar la situación, y decirles, también a los parados españoles, que deben estar dispuestos a trabajar en la hostelería, el servicio doméstico o tareas agrícolas, por ejemplo.

Lo difícil, claro está, y el tiempo podrá en su sitio la gestión del ministro, es si este estímulo es el más adecuado para mejorar y reforzar las conductas de búsqueda, adaptabilidad, reciclaje, cualificación, productividad, movilidad que nuestro mercado laboral necesita.

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