Son más conocidos
como ostiones. Esta ostra descrita por Thuberg resulta deliciosa y se cría en
fondos marinos del golfo de Cádiz. Algunas personas los siguen recolectando con
la marea baja en los espigones. Este bivalvo es en realidad la Crassostea Gigas.
Los que hemos nacido y nos hemos criado en Isla Cristina,
llevamos interiorizados muchos términos que, de repente, cuando salimos de
viaje, descubrimos que en realidad son otra cosa. Cierto que cada lugar tiene
sus localismos, más o menos numerosos, más o menos simpáticos. La Higuerita no
es menos, hasta el nombre oficial a no pocos tienen que pararse a pensarlo para
decirlo correctamente.
Hace poco, en el teatro clásico, una de las actrices me
sorprendió cuando en el desarrollo de la obra dijo que se retiraba porque tenía
que ajustarse el meriñaque.
Rápidamente, y después del primer pensamiento, más propio de
la sátira burlesca de Quevedo, me puse a cavilar sobre qué cosa iba la chica a
ajustarse y para lo que tenía que salir del escenario. Volvió apenas unos
segundos después, terminándose de anudar aún el lazo del vestido y la escena
continuó.
Como en la obra no dieron más detalles, creí que había
entendido mal el término, que lo había oído regular. Aún así, rebusqué. Y
encontré que el meriñaque o miriñaque, también llamado armador o crinolina es,
o era, una estructura ligera con aros de metal que mantenía abiertas las faldas
de las damas, sin necesidad de utilizar para ello las múltiples capas de enaguas
que había sido el método utilizado hasta entonces.
Un razonamiento divertido, hasta carnavalesco, puede ser descubrir
cómo la palabra ha pasado desde su acepción original a la empleada en el pueblo.
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