lunes, 9 de septiembre de 2013

El arráez y sotarráez isleño


La humedad y la sal son las primeras sensaciones al llegar a Isla Cristina. Es un pueblo marinero y atunero. Todos los que conocen este rincón saben que rebosa a mar. Es el primer puerto pesquero andaluz y aunque en la actualidad no tiene almadraba operando en sus costas, la tradición del atún se respira en cada calle, en cada tienda, en cada bar.

La Asociación de Amigos del Atún viene realizando una encomiable labor en los últimos años para que se referencie, se conozca, se recuerde, se valore lo que representa el atún en nuestro pueblo. La del 2.013 es la decimosegunda edición del Arráez y Sotarráez, que se dice pronto. Y de nuevo, el catálogo de actividades, eventos y locales que participan, convierten a Isla Cristina en un atractivo destino para los próximos días para los amantes de las técnicas tradicionales de pesca en general y la almadraba en particular, para los que quieran conocer sobre el atún (Thunnus Thynnus) y su conservación, para historiadores, para biólogos, para etnólogos, para conservacionistas, y desde luego también para los devotos de la buena mesa.

Degustar buen atún, exaltado por chefs de prestigio, pero también tapearlo en cualquier barra a los sabrosos estilos caseros es un placer del que pocos huyen. Escuchar de primera mano las impresiones de los capitanes de almadraba, aprender de los mayores expertos en la materia, se convierte en una delicia o asistir a exposiciones y documentales sobre el tema, abre un abanico de posibilidades excepcional.

Tenemos el producto, la tierra, los mimbres, la voluntad, incluso gente que lo sabe hacer y lo está haciendo muy bien, y es por ello por lo que me cuestiono por qué este evento no tiene la repercusión que debiese, y es que en estos días (desde el 8 al 22 de septiembre) tendrían que ser muchos más los focos orientados hacia Isla Cristina.

En el mes de septiembre, el turismo de sol y playa cae en picado en su volumen, sin embargo aumenta en términos cualitativos, los visitantes de septiembre siempre se han caracterizado por realizar un mayor gasto medio diario. Todas las instalaciones, infraestructuras y personal están operativos para ofrecer los mejores servicios. Un momento ideal para desplegar y demostrar lo que cada uno sabe hacer, la oportunidad para hacer valer Isla.

Porque la manida estacionalización no se rompe por arte de magia. El Arraez y Sotarraez debe convertirse en esa mágica bisagra que permita llenar los restaurantes, que en septiembre pueden ofrecer sus mejores y más cuidadas recetas, para que los estudiosos y curiosos conozcan la tradición pesquera y salazonera isleña, esa que se esconde para la gran mayoría detrás de una barra de pescado salado y seco. Es el momento de que la industria salazonera diga al público y al mundo que su actividad va mucho más allá, y es más compleja y rica de lo que una sabrosa tira de mojama pueda decir.

La asociación de amigos del atún ya está realizando su labor. Es hora de que el sector pesquero, el sector salazonero y conservero, el sector de la restauración, y todos, liderados por la entidad municipal por excelencia, el ayuntamiento pongan de relieve el encuentro y las actividades que en estos días se celebran en el municipio. Una verdadera y decidida apuesta puede hacer que Isla Cristina tome como marca propia al atún de almadraba y que se posicione de forma ventajosa como destino turístico vinculado al atún. Muchos sectores, muchas empresas, muchos puestos de trabajo se verían beneficiados de ello durante todo el año. Para lograr todo eso, en realidad no hace falta dinero, sólo hace falta longitud de miras, arremangarse y ponerse a trabajar.

Mientras todo eso llega (o no), disfruten, disfrutemos del atún y su mundo, el programa y el mantel están servidos.

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