Poner motes en el colegio es un pasatiempo muy divertido
donde los más ocurrentes despliegan sus encantos. De mayores, hacerlo una
profesión es mucho más complicado. Los encargados de poner etiquetas suelen
tenerlo difícil. El calificado debe sentirse identificado y más halagado que
ofendido, en un esquema simple, el gracejo del mote está en el piropo gracioso
y sarcástico mejor que en la ofensa.
Los motes colectivos son otra cosa. Ahí lo tenemos más
fácil, pues cada individuo se incluye en el grupo o se excluye por decisión
propia. La mayor parte de nosotros nos sentimos con importantes rasgos de
diversas tribus urbanas, pero no nos creemos integrantes de ninguna de ellas.
Al fin y al cabo todos somos un poco canis y un poco pijos, un poco rockeros y
un poco poperos, pero, en la intimidad. Desde luego, tampoco faltan los que
toman la bandera de cualquier colectivo con afán de reforzar o alardear de su
idiosincrasia.
Suelo mirar estas cosas en la distancia, pero la última me
ha resultado no solo inapropiada sino dantesca. Me refiero al nuevo colectivo,
creado además desde instancias públicas, los NiNis. Ni estudian ni trabajan,
jóvenes que no se cultivan, que no adquieren experiencia, que no aportan al
sistema y que con esta carta de presentación, quedan muy serias dudas de que
algún día lo harán, me los imagino algo así como los outsiders, esos que en las
películas hay que expulsar, eliminar, arrancar del sistema.
Tal es así que a los empresarios que se atrevan a
contratarlos van a recibir unas ayudas y compensaciones de la leche. No es para
menos, de qué otra manera si no podríamos rescatar a algunos de ellos para el
sistema, de qué otra forma nos las apañaríamos para sacarlos del pozo en el que
ahora están…De verdad, dantesco.
Las Políticas Activas de Empleo centradas en los incentivos
a la contratación tienen un efecto mínimo sobre el empleo estable y de calidad,
ha quedado demostrado en los últimos treinta años. Es un derroche de recursos
de fondos públicos. En cuanto se acaban los fondos se acaba la contratación.
Los empresarios no contratan porque les den incentivos, crean empleo cuando
venden sus productos y servicios, enterémonos. Y también está constatado, el
efecto de las políticas activas de empleo sobre la demanda agregada es neutro,
es nulo, no tiene relación. No dejemos que nos deslumbren con titulares
baratos: El programa puesto en marcha esta semana es un caramelito para algunos
jóvenes y algunas empresas que se deshará rápidamente en la boca. Dinero
público mal empleado.
A quien se le haya ocurrido bautizar a los NiNis, a quien se
le ocurra hablar de ellos en cualquier momento que recuerde que puede ser la
primera generación de la historia de la humanidad que tenga una vida de menor
calidad que sus padres. Eso no había ocurrido hasta ahora, nunca. Este hecho
supone un fracaso colectivo descomunal. Esos NiNis deberán tomar en el futuro
las riendas de empresas, gobiernos, colegios, hospitales, y lo harán bien, a
pesar del flaco favor que ahora les hacemos.
Por favor, desahuciemos
ese término y todas las connotaciones que trae asociadas.
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