Cuando tengamos perspectiva, dentro de unos años,
podremos comprobar cómo, Isla Cristina, los isleños, está, estamos ahora en un
momento clave de la historia. En mi opinión estamos ante un momento crucial.
Como suele ocurrir, estar inmerso, dentro de la situación, dificulta coger la
perspectiva. Por eso es tan importante, los marineros lo saben bien, fijar y
revisar el rumbo en la mar, en la noche, cuando las referencias son escasas.
Isla Cristina, como todos los territorios y sociedades
evoluciona, siempre, de manera continua y progresiva. En la historia reciente,
hay dos hechos que suponen hitos importantes: la expansión urbanística hacia la
zona este primero, e islantilla después, y de otro lado la construcción de la
nueva lonja primero y el liderazgo como principal puerto de la costa occidental
a continuación.
Ambos hechos han supuesto palancas expansivas del modelo
económico y social del municipio. Dos palancas que han afianzado el turismo y
la pesca como principales motores económicos. En estos momentos no existe un
claro predominio de ninguno de los dos sectores, ni en estadísticas ni en
identidad. Muchos isleños se piensan de pueblo marinero, mucho mundo lo ve como
destino turístico.
A las puertas del ansiado verano para centenares de
economías isleñas, que tienen en el sol y la playa su principal fuente de
ingresos, puede seguir comprobándose cómo, la calidad del destino sigue
teniendo importantes carencias. Al inicio de la campaña, cuando se multiplican
los puestos de trabajo asociados a los veraneantes, son demasiados los retos a
afrontar.
Por la falta de una oferta cultural y de ocio, por la
escasa profesionalidad, por la reducida calidad/precio del sector hostelero,
por carencias básicas en salud o seguridad,..., pero sobre todo por la falta de
convicción. Porque no hay vocación de servicio, no hay sentimiento de acogida.
Isla cristina tiene que reconocerse como destino
turístico, o renunciar a ello. La duda, la media tinta hace estemos pagando una
factura demasiada cara y muchos esfuerzos individuales se vayan al garete. No
es de recibo la falta de higiene en demasiados lugares, es para denunciar la
falta de respeto y consideración de personas que atienden al público, es
inexcusable la falta de educación y civismo hacia los visitantes. Siempre puede
ser una palabra demasiado pretenciosa, pero, las faltas de respeto y educación
que suelen verse en la calle proceden de isleños: los que tiran basura al
suelo, los que meten los coches por el cordón dunar, los que intentan saltarse
las colas en la frutería, en la pescadería, en los bares, los que aparcan en
lugares prohibidos, los que, los que.
No es una cuestión de imagen, ni siquiera eso, es
simplemente, no morder la mano que te da de comer. Otros lugares, hace años que
abandonaron su condición pesquera y hoy son pueblos turísticos al borde del
mar, la costa de sol está llena de ejemplos. Puede ser hayan perdido su actividad
histórica pero han encontrado su camino de futuro, han elegido.
O bien, Isla Cristina tiene que reconocerse como potencia
pesquera y hacer una verdadera apuesta de futuro. Renovando las artes, la
flota, las infraestructuras de tierra. Respetando los paros, las medidas de
captura, las distancias de calado. Echándose a la calle y a los despachos para
convertirse en la capital del atún. Volver a tener almadraba sería un hito
histórico. Poniendo en valor las capturas mediante la identificación clara e
indiscutible del origen del pescado y del marisco. Encontrando alianzas entre
profesionales, armadores, sector comercializador y administración pública.
Haciendo visible la espectacular y singular gastronomía marinera isleña.
Convirtiendo al CIT Garum en un referente en innovación. Recuperando la pesca
tradicional de estero en la marisma. Mejorando la calidad de las aguas de la
ría Carreras….
Hacerlo, conseguirlo todo resulta muy difícil, pero no
tener las ideas claras supone el pago de una horripilante factura, esa que se
traduce en el descontento generalizado de pescadores, hosteleros, ciudadanos,
visitantes. Por eso es tan importante elegir un camino, apostar por él y
alinear a continuación todos los factores y recursos para conseguir el objetivo
y para ponerse en marcha, es muy importante reconocer y tener claro que Isla
Cristina en el ámbito del turismo, no tiene el futuro en el sol y la playa que
lleva a la presión urbanística y a una temporada alta estival. Nos lleva a la
destrucción del atractivo y a competir en precio con otros destinos más
consolidados. Ni Isla Cristina tiene el futuro en la aniquilación del caladero
de bajura que está llevando a una crisis sectorial y social realmente dolorosa.
Se hace urgente adoptar medidas que permitan conservar el
caladero y su explotación sostenible, se hace urgente diversificar la oferta
turística para ir a segmentos de turistas desestacionalizados y de mayor gasto
medio como son los gastronómicos y de naturaleza. O nos ponemos en marcha o, la
crisis de identidad actual puede derivar en una tragicomedia colectiva.
6 comentarios:
Enhorabuena Antonio, una vez más lo has clavado.
Con tu permiso comparto.
Ahí le has dado. Bofetada de realidad.
Me encanta,buena reflexión y acertada al 100%x100%.
Enhorabuena!!!. Cada día escribes mejor. Una reflexión muy acertada y cierta. Todos los agentes de tienen que implicar para poner en valor todos los recursos turísticos de Isla Cristina y del resto de municipios turísticos de Andalucía. La planificación turística en decadencia, tiene que resurgir haciendo innovaciones y adaptándose a los nuevos tiempos. Todo puede llevar una línea argumental y enlazar el sector pesquero con el turismo. Fundamental es implicar al sector privado. Y lo público tiene que incentivar e ilusionar a la población, Es su tarea. Se pueden hacer tantas cosas.... pero en el paro estamos técnico especializados y tenemos las manos atadas. Y cuando tienes una iniciativa, la administración te responde diciendo que no hay dinero. Que pena....
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