domingo, 26 de julio de 2009
La Gata de Zahara
Punta de campaña, maquinaria a máxima producción. En estos días nuestras costas están a rebosar. Personas de todos los ámbitos y edades dispuestas a disfrutar, sino de un descanso, al menos de algunas jornadas vividas a tope en el calor del lugar donde todo pasa en el submundo de la playa y el chiringuito.
Ahora, en pleno reinado del chancletero, comerciantes y hosteleros se esfuerzan para que su agosto tenga todo el sentido. Parecen poner el máximo empeño un grupo que este año, además de estar a la orilla, está en la picota el de los chiringuitos, desde que a alguien de la administración parece haberles declarado la guerra como ya comenté en abril en esta misma página.
Ciertamente hay chiringuitos para todas las edades, los gustos y horarios y en aquella ocasión, coloqué una foto de un lugar fantástico La Gata en Zahara de los Atunes, lugar donde el famoseo puede disfrutar del verano sin agobios, donde el pueblo llano podemos ponerle forma real a algunos seres que habitan sólo en ese cuadro de cristal luminoso. Y donde todos pueden disfrutar de veladas mágicas con música en directo, brisa del mar en los labios y un ambiente de luz y madera ideado para encajarlo en arena blanca.
La Gata se disfruta de noche, y a altas horas, cuando ya todo alrededor es quietud, farolas en el paisaje y silencio. En esas horas, un buen combinado a mitad de camino entre el local y la orilla donde el rompeolas no acalla la música es el lugar idóneo para redimir todos los pecados confesándose a una luna que flota entre dos mundos, momento para que el faro de Malabata te hipnotice si no lo ha hecho ya la compaña, donde un baño nocturno se disfruta a tumba abierta sin necesidad de guardar la ropa, y donde la arena en los zapatos a la mañana siguiente se sube a la cara en forma de sonrisa.
Acaban de cerrar La Gata, dice la Guardia Civil que advertía “presunta tolerancia de los gestores del local al consumo de droga de forma ostensible”. Como protesta por la decisión, todos los integrantes del equipo, propietario y empleados acaban de iniciar una huelga de hambre para protestar por una medida que consideran desproporcionada, y porque no quieren pensar que agosto se les pueda pasar en blanco. En realidad a cualquiera le aterra esa idea, sólo que la plantilla de La Gata y sus seguidores la tenemos en lo alto.
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