Que el
agua es el eje central de la vida tal como la entendemos es un hecho
cosustancial y transversal ya en nuestro planeta. Algunos hablan de la lucha
por el agua como la gran guerra del siglo XXI. Afortunadamente, hay otros
muchos que ponen su máximo esfuerzo y voluntad para preservar el agua, las
zonas húmedas en nuestro planeta.
Se
reunieron hace más de cuarenta años, firmaron el tratado de Ramsar, el 2 de
Febrero de 1.971. Hoy están suscritos al mismo 160 países, hay 1994 lugares
protegidos por el tratado que suman 191.860.656 hectáreas y el número,
afortunadamente no para de crecer.

En
momentos complejos económicamente como los que estamos viviendo, se ha
comprobado que el turismo es uno de los pilares económicos de Andalucía. Y no
debemos olvidar que Andalucía vende naturaleza, clima, biodiversidad. Algunas cifras pueden resultar
reveladoras. Los ingresos
generados por el turismo en y alrededor de los humedales pueden ser
sustanciales para las economías nacionales y locales: los Broads en el Reino
Unido apoyan el equivalente de 3.000 empleos a tiempo completo; más de 1,6
millones de personas visitan la Gran Barrera de Coral todos los años, generando
ingresos superiores a 1.000 millones de dólares. La página de la Convención Ramsar abunda en datos.
En un día como hoy, tengamos esta circunstancia presente, visitemos nuestros humedales, hablemos de ellos, presumamos de ellos.
Andalucía es su gente, su clima, su biodiversidad, su agua, sus humedales. El simple deterioro de los mismos ocasiona pérdidas irreparables. Hoy
tenemos la excusa perfecta para acercarnos a nuestra laguna, nuestro río,
nuestro estanque, nuestro arroyo, nuestra marisma, nuestro charco favorito.
Es el momento de invitar a un amigo a conocerlo, a que lo disfrute con nosotros. Compartir
es enseñar a valorar, a conservar.
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