Sin la mínima dosis de comprensión, interés por los demás, generosidad y bondad que atesoran algunos “hombres buenos”, la vida, en este inhóspito planeta se nos haría sórdida.
Las personas de edad avanzada, o aquellas que se encuentran enfermas o debilitadas son las que más y mejor aprecian esos detalles; detalles que van más allá de la manida urbanidad o civismo. Son aquellas pequeñas cosas que permiten añadir una sonrisa liviana y cómplice a un día amanecido gris. El catálogo de pequeños placeres está surtido de estos gestos, de esas gotas de alegría de vivir, que si vienen endulzados con pizcas de humor, contagian y otorga la lección magistral de la jornada.
Existe un aliciente fortísimo para incorporar estos momentos a nuestras vidas, y es que se retroalimentan, con lo que él más beneficiado, es el que aporta estos gestos de amabilidad a la vida.
Dijo A. Schopenhauer que es “como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida”.
Sé amable, el mundo, tu gente y tu mente te lo agradecerán.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nube de etiquetas
Isla Cristina
Andalucia
ecología política
marruecos
Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra
José Ortega y Gasset
estrecho gibraltar
FAO
José Luís Sampedro
Tarifa
Adam Smith
Antoine de Saint-Exupéry
Antonio Machado y Núñez
Aristóteles
Bertolt Brecht
Borges
Charles Darwin
Fundación Migres
Mario Benedetti
William Ospina
keynes
mohamed vi
Antártida
Cabo San Vicente
Cambio climático
Descartes
Hegel
Javier Reverte
Kant
Nieztche
Paul A. Samuelson
Platón
Porter
Ursúa
ariadna
artemisa
malthus
teseo
Al-Andalus
Alexander Selkirk
Anton Chejov
Calderón de la Barca
Chatwin
Eduardo Galeano
Eigenzeit
Galeano
Gandhi
George Francis Train
Herman Melville
James Joyce
John Elliott
Kundera
Mandelbrot
Mihay Csikszentmihalyi
Moby Dick
Molière
Nabokob
Peninsula Valdés
Proust
Shackleton
Shopenhauer
Smir Restinga
South
Sun Tzu
Séneca
Sócrates
alqueva
goethe
julio verne
lunático
mefistófeles
muñoz rojas
ortega y gasset
tony judt
weber
1 comentario:
Lo que rebosa el corazón, habla boca...
Mirándolo al revés, particularmente no puedo con la falta de educación o la impertinencia.
Álvaro
Publicar un comentario