George Francis Train nació en noche cerrada, con bastantes grados bajo cero,

Inspiró el personaje de Phileas Fogg, pues se marcó un plazo para dar la vuelta al mundo, y no lo consiguió una, sino tres veces, dejando su propio record, en 1892 en 60 días.
Impulsivo y excéntrico, combinó ideales comunistas con la realidad de ser un verdadero capitalista. Puso en marcha diversos proyectos de redes ferroviarias en Australia, China, Rusia. Llegó a presentarse a las elecciones presidenciales de Estados Unidos con el objetivo de establecer una dictadura de hierro si era elegido.
A caballo entre la locura y la genialidad, Train emprendía, se comprometía, y eso suponía éxitos pero también muchas críticas y tropiezos. Sus acciones parecían estar al margen del ritmo del mundo, y por eso quizás también la novela tuvo que remodelar el personaje y volverlo más correcto, minucioso, caballero para que fuese vendible y creíble.
La realidad también fue más allá que la ficción esta vez, aunque para ello tenga que pagar el precio de la marginación histórica.
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