Es fascinante seguir la campaña electoral norteamericana.
Cuánto podemos aprender como pueblo, como políticos, como sociedad, del
ejercicio que realiza aquel país en estos días. la ejemplar movilización, implicación y ejercicio de comunicación de la
ciudadanía consigo misma y con su clase política, es realmente enriquecedor.
No es modélico, aún tiene importantes áreas de mejora en mi
opinión, pero resulta estimulante ver a los candidatos y a todo su equipo, y a
toda su legión de voluntarios, y a todos sus promotores, y a todos los
personajes públicos, y a todos… Si, todos se baten el cobre, a su manera, cada
uno en su terreno y en su rol, conscientes de que están ante una decisión que
marcará sus vidas, para los próximos cuatro años, y quizás para otros cuantos
más.
Tengo en la mesa un informe de Metroscopia sobre
regeneración democrática en España donde la que la mayoría de los que
respondieron a la encuesta quieren:
1.- Establecer un sistema de listas abiertas que permita a
los electores cambiar el orden de los candidatos o tachar a algunos de ellos.
2.- Que los cargos directivos de cada partido no puedan ser
desempeñados por una misma persona durante más de ocho años.
3.- Que se reforma el sistema electoral de forma que exista
una proporción lo más exacta posible entre el número total de votos que se
obtienen y el número de escaños que se consiguen.
4.- Que se reorganice el Senado como Cámara en que estén
representadas las comunidades autónomas.
Parece que aún tenemos importantes temas de mucho calado que
madurar y sobre los que trabajar aquí.
De momento, hoy es el día de Obama y Romney, merece la pena
vivirlo intensamente. Y todavía habrá algunos que mañana pregunten si ganó el
negrito o el blanquito.
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