A la vez, son ecosistemas realmente sensibles e inestables, que, están sufriendo, debido a la enorme humanización y presión que se ejerce sobre ellos, un declive, que debe alarmarnos.
La comunidad internacional es consciente de ello desde hace muchos años. La Convención sobre los Humedales, firmada en Ramsar, Irán, en 1971, es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y uso racional de los humedales y sus recursos. Hay actualmente 158 Partes Contratantes en la Convención y 1755 humedales, con una superficie total de 161 millones de hectáreas.
El día 2 de Febrero, se celebra el día mundial de los Humedales, y, la secretaría de la Convención Ramsar, cada año, lo dedica a un aspecto diferente, sobre el que quiere poner el foco y llamar la atención. La verdad es que, temas no le faltan. En 2.009, el área de trabajo propuesta son las cuencas hidrográficas, y el lema “Aguas arriba-aguas abajo: los humedales nos conectan a todos”. El objetivo es poner el énfasis en que, el tratamiento que le demos a un río, por ejemplo, va a repercutir en la calidad de vida de todas aquellas personas, animales y plantas que se encuentren las aguas a su paso. Un ejemplo algo lejano para evitar herir sensibilidades: El río Missisipi durante su recorrido, recoge sustancias sobrantes de los cultivos cercanos a su cuenca, eso hace que, este año, en su desembocadura, existan 21.000 kilómetros cuadrados de zona muerta (sin vida y por tanto no apta para la pesca), debido a la contaminación por nitrógeno. La situación se hace más compleja cuando se trata de cuencas transfronterizas, el río Nilo, baña a 10 países, ocupa tres millones de kilómetros cuadrados y alimenta a 360 millones de personas.
En cualquiera de los casos, la necesidad de alcanzar una visión común de la cuenca se hace imprescindible para realizar una adecuada gestión, y a la vez, lograr el respecto de un derecho fundamental de otros seres vivos.
Aquí en España, tenemos importantes asignaturas pendientes en este tema: desarrollo de los PORN (Planes de Ordenación de los Recursos Naturales), uso adecuado de suelos, uso racional de pesticidas y fertilizantes, optimización de regadíos. Y, al menos, cumplir la Ley de Aguas, entre otras cuestiones, en lo referente a la construcción de las EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales). Muchos ríos y pueblos no se merecen el agua que les llega.
Aquellos que, encontramos en los humedales, fuente de inspiración, vida y alegría, nos duele verlos caer, a veces lentamente, a veces de manera drástica. Y las espinas van quedando, clavadas a fuego : Lagunas de La Janda, Smir Restinga, Ruiz Sánchez, Turquilla, Donadío, Prado de La Redondela, ría Carreras, río Grande….
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