Hace unos días, alguien cerca de mí, pero ajeno a mi
presencia, le hablaba al teléfono y describía Isla Cristina como “un pueblo
horroroso pero con un entorno magnífico”.
Puede ser que los dos adjetivos empleados sean excesivos,
tanto el negativo como el positivo, y sin embargo, los que queremos mucho a
nuestro pueblo, debemos dejar un poco de lado nuestras preferencias y reconocer
que el comentario de aquel nuevo visitante no está demasiado falto de razón.
Contamos, tenemos que ser realistas, con escaso patrimonio
cultural y monumental, no en vano, nuestro pueblo es muy joven, pero por
suerte, está en un marco grandioso, no lo suficientemente valorado en mi
opinión por su gente. Conocemos poco de nuestro linde costero, de nuestro
sistema dunar, de nuestra marisma. Sus maravillas no dejan de asombrar al
visitante espontáneo y a los que acuden a ella con frecuencia y la estudian de
manera más científica.
Quizá un ejemplo concreto pueda servir de ilustración. Al
salir hacia Pozo del Camino, solemos ver todos, las gaviotas de las salinas. Son tan habituales, incluso tan
abundantes que su presencia casi nos pasa desapercibida cuando descansan ahí,
casi a pie de carretera.
Pues bien, son varias las especies de gaviota que pueden
allí verse, distintas según la época del año: principalmente patiamarillas y
reidoras en verano, y en invierno gaviotas sombrías, cabecinegras,reidoras, argenteas,
de Delaware, incluso la rara picofina es visitante habitual de las salinas.
Además de ellas pueden aparecer excepcionalmente hasta otras cuatro o cinco
especies.
Además de las citadas, hay una especie de gaviota,
eminentemente marina y menos habitual de observar que es la gaviota de Audouin. Esta especie, a punto
de desaparecer hace unos años de España, hoy parece recuperarse gracias a su
estudio y programas de recuperación. En las salinas, a final de verano pueden
verse grupos de más de 400, algo realmente singular. A partir de ahí, muchas
suelen quedarse en invierno.
Gracias al anillamiento científico y la colocación de
anillas de lectura a distancia puede conocerse bastante de la vida de estas
aves. El día de nochebuena, observé un ejemplar que tenía en la pata una anilla
en la que podía leerse SUR. Llamó poderosamente mi atención y busqué
rapidamente su historial.
José Manuel Méndez, responsable del seguimiento de acuáticas
de nuestra marisma me facilitó la información (gracias de nuevo!). Un historial
casi mágico, las observaciones de este pájaro son abundantes, en pocas horas
tenía en mi mano la historia, periplos y viajes de esta gaviota tan estilizada,
tan estética. Su perfil plateado, sus patas oscuras y su pico color coral
siempre me transmitieron aires de nobleza, realmente es una de las especies más
fotogénicas.
Esta gaviota de Audouin
nació en el Delta del Ebro en el 1.993, fue anillada como pollo el 8 de julio
de aquel año. Desde entonces ha viajado al menos por toda la costa mediterránea
española en multitud de ocasiones, y diversos observadores han podido verla en Tarragona,
Almería, Málaga, Doñana, Conil, Odiel, también la costa portuguesa, en Tavira
por ejemplo. Y ahora en Isla Cristina.
En los días de duro invierno, cuando el temporal, la nieve y
el frio arrecian en Europa, llegan hasta las costas y marismas isleñas aves
procedentes del ártico, como los colimbos chicos observados también estos días
en la playa. Aves procedentes de Rusia, Finlandia, Noruega, Suecia, también de
las Islas Británicas, o Alemania o Dinamarca son observados diversos
ejemplares.
Los miles de kilómetros volados por esta gaviota, bautizada
como SUR en sus casi ya veinte años de vida es solo un ejemplo y una ventana
por la que podemos asomarnos para conocer y valorar una marisma que esconde
muchos más tesoros de los pensados. Conozco gente que hace muchos kilómetros
para venir a verla, nosotros la tenemos al lado.
1 comentario:
isla cristina, puede ser horrible en un entorno maravillosos, pero solo por el paro....
en cuanto a que no hay patrimonio cultural....isala cristina, va mas que servida de patrimonio cultutal mareng@, preguntarles a las mujers y hombres de la mar, al abuelo que cose redes.... a las operarias de las fabricas de pescado , latas, mojama, aun queda quien sepa hacerlo artesanal, como en el cantabrico con las anchoas........
en un entorno maravillosos, cierto en lo que hemos dejado de un entorno maravilloso, rias, marismas , guadiana...playas, dunas embrionarias, cordones dunares destruidos........
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