Cabría pensar que a Juan José Ramos Melo lo que le resta es que en Canarias aparezca un endemismo que se catalogue como “ramosii”. Trabajador de curiosidad incansable seguro que, con toda modestia, declinará el honor. Alegará que aún tiene mucho que estudiar y aprender de ese archipiélago que lo vio nacer y que hace pocas semanas ha visto aparecer su última obra, “Sucesos en la Naturaleza Canaria, Relatos para curiosos”, que se ha convertido en el primer título de la editorial Bichomalo.
Un libro que ha visto la luz, acompañado de un formidable equipo que ha logrado muchos éxitos, y que tiene como última proeza, en los tiempos que corren, poner en marcha una editorial. Un sello que nace para publicar libros de divulgación relacionados con la naturaleza de Canarias y su mundo rural, a cargo de especialistas en el medio ambiente de las islas con un lenguaje accesible, y siempre desde el respeto a la conservación.
Sucesos, como cariñosamente lo llama su autor lleva en sus
páginas, además de los cuidados textos de Juan José, maravillosas ilustraciones
de Francisco Torrents, una por cada suceso. El prólogo del prestigioso geógrafo
y periodista ambiental César Javier Palacios, el epílogo de la investigadora y
herpetóloga canaria Beatriz Fariña, y como puede comprobarse en la página de
agradecimientos, el apuntalamiento de toda una serie de expertos y conocedores
de Canarias, su naturaleza, sus costumbres, sus biorritmos.
Porque el libro, sus 48 secciones estratégicamente ubicadas
en la época del año que le corresponde, son ventanas a la que los curiosos
pueden asomarse a preciosas joyas animales, botánicos, geológicos, de la
tierra, el mar y el aire canario. Cada ventana es un deleite en el que se
combina el rigor técnico; una prosa muy pedagógica y al acceso de todos;
abundante información complementaria; y bastantes pinceladas de las costumbres
e incluso mitología asociada a cada suceso natural.
A pesar de toda esta profusión de historias naturales en la
que abundan cetáceos, anfibios, reptiles, mamíferos, insectos y sobre todo
plantas y aves, dista mucho de ser exhaustiva, en realidad, con este formato,
Juan José tendría para varios volúmenes adicionales, porque el filón cautivador
de este archipiélago es inagotable. Siempre maravilla, siempre sorprende,
siempre hechiza. Yo por ejemplo ya estoy esperando el suceso del guirre, y el
del cuervo, y el del herrerillo, y el del bicácaro, y el de la lapa de pie
negro, y el del mono de las plataneras, y….
Siguen sorprendiéndose cuando explico que a Canarias he ido
muchas veces, pero nunca a la playa. La pregunta va de cajón, ¿y qué haces
entonces? Este libro responde con mucha solidez y holgura a esa pregunta. A lo
que cuenta Juanjo habría que añadir la calidez de la gente isleña, la sabrosura
de la vida de los que se saben en permanente luz tropical, pero eso lo
descubrirá el visitante que, cautivado por este ameno y acertado libro, seguro
sacará su billete tras la última página, porque seguro habrá encontrado un gran
e inigualable motivo para ir rápidamente, el de no perderse el próximo suceso
que, como milagro, volverá a producirse ante un reducido puñado de afortunados.
Canarias es un lugar sensible. En el libro aparece, muy a
pesar de todos, sombras y malos presagios, además de la constatación de la
extinción de algunas especies. El Calentamiento Global y la antropización del
medio no es una amenaza en Canarias, es hoy un problemón que está exprimiendo
los acuíferos, destrozando hábitats, introduciendo especies invasoras y
contaminación, reventando en definitiva los frágiles equilibrios naturales y
sus endemismos, cuajados a lo largo de miles de años, y como nos avisa también
el libro, podemos ser los últimos en ver muchos de ellos. Este libro es también
una buenísima herramienta para lograr evitarlo.
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